¡Qué mal sienta el sol! Una mañana bonita en la cama. Un aeropuerto medio vacío, un abrazo y un arroz aguado. Aute, Aute, Aute. Y por allí, si te fijas bien, a lo lejos puedes ver a mi padre luchando contra el viento. En un bonito edificio acarmenzado empieza una nueva vida. La perdición vive arriba. ¿Qué diría mi abuela? Vaya, un montón de notas se pasean por la calle. ¡No pares ahora! Tira tu sombrero al río, pero no te contengas. Desnúdate y tira toda tu ropa al agua, ¿qué más da? Esto es Pitufilandia, aquí las normas no existen. ¡No pares ahora! ¿Qué leches pasa? Corre, corre, corre...con tanto viento seguro que consigues volar. ¡Ah! no olvides coger la música, después te sientes solo, recuerda que no sería la primera vez que te pasa. Incendié una catedral. ¿Es que no veis que yo no tenía corazón? Y eso pasa si pierdes el corazón, que te vas volviendo malo, que te vas sintiendo raro. "¡Sálvame!", dijo el verdugo. "¡Atrévete!", dijo el cobarde. "Sé que has sido tú", dijo el culpable. Ponte la desnuda violencia que recatas y ven a mis brazos, dejemos los tactos, seamos un cuerpo enamorado. Anda, deja que descubra los montes de tu mapa, la concupiscencia secreta de tu alma. Y toma ya. Coge un papelito y un trocito de celo. Pégaselo a alguien en la espalda, y con un rotulador azul escribe lo que piensas. No te apures, puede ser un boli corriente. Y si tienes la vista cansada no te preocupes, todo pasa. Pero haz un esfuerzo y fíjate, mira bien. ¿Ves eso? Es mi foto, esa piedra de ahí es mi piedra, mía. La tomó alguien que conozco, un tal Mompó en un lugar muy muy grande llamado China. Ni idea, no estuve nunca.
Apuntes para un feminismo radical
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Pintura rupestre en Ti-n-Lalan,
Fezzán, Libia (5000 a. e. c., antes de la era común),
o la precuela de *Donnie Darko*
La universalidad de la subordinac...
Fa 6 anys