Cuando, en el mes de agosto vas andando por la calle,
cuando corres y notas que una gota de sudor se desliza por tu espalda,
cuando estás en el dentista, agobiado y no puedes moverte,
cuando estás tomando el sol mientras observas a los demás en el agua,
cuando ves un cuerpo serrano semidesnudo,
cuando abres el lavavajillas y sale un montón de vapor ardiendo,

CALÓ

dimecres, 13 de juny del 2012


Nha cretcheu, mi amor:
Estar juntos de nuevo hará que nuestra vida sea más bonita por lo menos 30 años más.
Por mi parte, volveré a ti más joven y lleno de fuerza.
Ojalá pudiera ofrecerte 100.000 cigarrillos, una docena de vestidos modernos, un automóvil, la casita de lava que siempre soñaste, y un ramo de flores de cuatro cuartos.
Pero sobre todo, bébete una botella de buen vino y piensa en mí.
Aquí el trabajo no cesa. Ahora somos más de cien. Anteayer, en mi cumpleaños, pensé en ti durante mucho tiempo. ¿Llegó bien
mi carta? No he recibido tu respuesta.
Sigo esperando. Todos los días, todos los minutos, aprendo palabras nuevas, bonitas, sólo para nosotros dos, hechas a nuestra medida como un pijama de seda fina. ¿No te gustaría?
Sólo te puedo enviar una carta al mes. Sigo sin saber nada de ti. Quizá en otra ocasión.
A veces tengo miedo de construir estas paredes, yo, con un pico y cemento; tú, con tu silencio.
Una zanja tan profunda que te empuja hacia un largo olvido.
Duele ver estas cosas terribles que no quiero ver.
Tu cabello se desliza entre mis dedos como hierba seca.
A veces pierdo las fuerzas y pienso que voy a olvidar.


Pedro Costa: Me aburro.