Harta de escribir cursilerias la muchacha cambió su pelo, sus pies y su blog, empezó a ser como quería ser.
Su mamá le puso una cestita con canónigos, sepia y membrillo, porque su abuelita estaba enferma y debía ir a verla.
Se puso su gabardina de charol naranja y salió por el peligroso pueblo en busca de la humilde casita de su abuelita.
Lo que nunca se habría imaginado era que en el pequeño pueblo estaban en fallas, y eso era igual a:
-calles cortadas a causa de horribles y perversos monigotes.
-sonidos infernales que atormentaban a la pequeña gabardina naranja.
-gente indeseable por doquier, altamente diferenciable por un pañuelo gris a rayas azules.
-y lo que más miedo le daba a la pequeña muchacha, extrañas y malévolas chiquillas, vestidas con horrendos trajes, llamadas "falleras".
Apuntes para un feminismo radical
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Pintura rupestre en Ti-n-Lalan,
Fezzán, Libia (5000 a. e. c., antes de la era común),
o la precuela de *Donnie Darko*
La universalidad de la subordinac...
Fa 6 anys
2 comentaris:
jajajajaj m´encanta m´encanta molt... vestidas con horrendos trajes llamadas... falleras olé
Hahahahaha... sentido del humor madi in Clàudia. Sé que eres de les poques persones que mai em decebrà! I recorda: LES FALLERES AMBÉ ES MASTURBEN!
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