
Hay dos clases de personas en el mundo; las que al salir del supermercado dejan su carro en la cola más larga y cercana, y las que andan treinta pasos más hasta llegar a la cola en la que tan sólo hay unos pocos con el fin de ahorrarle trabajo a la pobre persona que se encarga de arreglarlos. Lamentablemente yo soy de la segunda clase.

1 comentari:
Quanta raó, i que cosses tan insignificants certes.
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